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8 may 2012

El mundo habla de la Vuelta

Todos los días llegan noticias de la crisis que esta sufriendo Europa, aunque en los últimos días la Vuelta a Boedo parece ser un tema que interesó a los medios del Viejo Continente. Un diario de Alemania y una revista de Inglaterra publicaron dos informes sobre la lucha de los hinchas por la recuperación de los terrenos de avenida La Plata.

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En la revista inglesa  “When Saturday Comes”,  el periodista Joel Richards escribe maravillado la nota “Get off the ground” que traducida al español significa “Sal de la Tierra”.

Ya no es novedad que tan justa causa recorra todo el mundo. Diarios de todos los continentes han hablado de la epopeya Cuerva. Hasta en Sudáfrica saben de nuestro reclamo. Y sí, si un Cuervo juntó unos mangos y se vino especialmente para el 8 de marzo a la histórica movilización. ¿Cómo no van a saberlo en todo el mundo?

Joel Richards comienza su nota hablando de tamaño acontecimiento. Dice que en ese mismo lugar donde las Madres de Plaza de Mayo reclaman justicia desde 1977 por los aberrantes hechos ocurridos en la dictadura militar, los fanáticos de San Lorenzo se hicieron presentes para pedir también justicia con más de 100.000 personas que acompañaron con sus banderas, camisetas y espectaculares cantos.

El periodista escribe: “Ellos quieren Volver a Boedo, al barrio donde nació el club”, continuando luego con las palabras de Adolfo Res: “La democracia argentina está en deuda con San Lorenzo”.

Dice admirado: “El Gasómetro llegó a ser conocido como el Wembley de Buenos Aires”. Deja a sus lectores una breve reseña histórica de nuestro templo para luego entrar en la etapa más oscura, la del Brigadier Cacciatore y el triste destino de nuestro Hogar.

En el final del artículo menciona nuestro Proyecto de Restitución Histórica y cierra su nota diciendo: “El complejo tendrá el nombre de uno de los fundadores del club, el sacerdote que ofreció por primera vez al grupo de pibes patear una pelota sobre un campo de juego en lugar de la calle: Padre Lorenzo Massa”.


Diario Berliner Zeitung (Alemania) 
(Traducción gentileza Mundo Azulgrana. Imagen enviada por Franco Delle Donne)


El club de fútbol argentino San Lorenzo perdió su estadio bajo la dictadura militar. Ahora sus hinchas piden su lugar de nuevo.

Cuando el fútbol es una religión, como Adolfo Res piensa como buen argentino, es entonces esta construcción un sacrilegio. Tres manzanas ocupa el supermercado de la línea Carrefour en Avenida La Plata. Como una gigante caja de zapatos de dos pisos en el medio de Buenos Aires. Será renovado inmediatamente, las excavadoras rugen en el estacionamiento. Si fuera por Res, los trabajadores deberían demoler la construcción. Porque ahí, donde hoy está el supermercado, antes se encontraba el “Gasómetro”, el estadio de fútbol del club San Lorenzo. Y que hoy no esté más aquí, “es una gran injusticia”, dice Adolfo Res.

Las viviendas nunca fueron construidas

Con una camisa de polo azul, Res se para en la entrada del supermercado, con un paraguas al lado con los colores azules y rojos, los colores de San Lorenzo. Es el mediodía, los autos pasan y Res habla con los transeúntes, les da la mano y les palmea el hombro como un político en campaña electoral. Desde que tiene uso de la razón, es hincha del club, dice él. En él sótano del viejo estadio, que desde afuera se veía como un Gasómetro, hacía levantamiento de pesas de adolescente, y en el club se realizaban más de 30 deportes. Hoy es Adolfo Res un escritor. Escribió 3 libros, todos de San Lorenzo naturalmente. En su reloj lleva el escudo de su club.

Los mejores años del club se encuentran en el pasado. Alrededor de 10 veces ganó San Lorenzo –también apodado por sus hinchas como El Ciclón- el Torneo Argentino, y en 1968 y 1972 sin perder tan sólo un partido. En el Gasómetro jugaba la Selección Argentina frente a 70.000 espectadores. Carlos Santana y la leyenda del tango Osvaldo Pugliese daban conciertos en el estadio. Luego, en 1976 los militares tomaron el poder en el país. 7 años duró la dictadura y 30.000 hombres fueron asesinados en ese tiempo. Y también San Lorenzo tuvo más luchas que simplemente el torneo de fútbol.

San Lorenzo era conocido como un club de izquierda, su estadio quedaba en Boedo, un barrio de trabajadores y muy cultural. No se necesitaba más, para ser una espina en el ojo de la Junta Militar. Cuando Argentina organizó la Copa Mundial de fútbol en el año 1978, los generales decidieron, que no se juegue en el Gasómetro. Un año más tarde ordenaban la clausura del estadio.

La Junta Militar tenía en Buenos Aires a Osvaldo Cacciatore utilizándolo como gobernador de la ciudad. El brigadier tenía grandes planes, como la construcción de calles veloces y viviendas sociales. Pero en el medio se encontraba el estadio. El 2 de diciembre de 1979 se jugó el último partido en el Gasómetro. “El día antes que cierre el estadio, fui al sótano nuevamente y levante pesas”, recuerda Adolfo Res, “cuando me iba, me di vuelta una vez más. Después por 7 años hacia un gran arco alrededor de la zona. Estaba muy enojado.”

Por 3 años no paso nada. Cuando el estadio fue demolido en 1982, no se hablaba más de las prometidas calles rápidas y viviendas sociales. En cambio se le vendió el predio a la cadena francesa de supermercados Carrefour -por una suma 9 veces más grande de la que se le había dado al club como resarcimiento. “Los militares sólo querían enriquecerse”, dice Adolfo Res.

Con el cierre del estadio, también los otros deportes del club desaparecieron. En los años siguientes San Lorenzo perdió 15 mil socios. La zona cayó también en mal estado, porque el gigante supermercado fundió a los comercios chicos del barrio. Los fieles hinchas a pesar de todo juntaron dinero, y luego de 14 años en los que San Lorenzo jugó en estadios ajenos, pudo en 1993, a 2 kilómetros del viejo estadio, abrir el “Nuevo Gasómetro”. Luego, 10 años después en Argentina asumió Néstor Kirchner como presidente. Revocó todos los decretos de amnistía a los militares y puso a todos los militares frente a jueces, para hacerlos responsables por los crímenes cometidos durante la dictadura. Debido a esto, los hinchas de San Lorenzo recuperaron la esperanza en la justicia.

Adolfo Res junto con otro grupo de colegas fundó una asociación de hinchas, la “Subcomisión del Hincha”, instalaron su oficina en frente del supermercado y repartieron volantes y material de información. Luego comenzaron las marchas. “A la primera vinieron cerca de 3.000 personas”, cuenta Adolfo Res, “para la segunda vez éramos 20.000 personas, y para la última marcha a principios de Marzo éramos 100.000.” Los hinchas fueron con banderas y tambores y la Plaza de Mayo, enfrente del palacio presidencial, estaba pintada de azul y rojo. “Ich komme aus Boedo”, dice su himno: “Yo soy de Boedo”.

Y ahí quieren volver. Para muchos el estadio en el barrio de Flores no es seguro. Justamente enfrente hay una villa, se cometen muchos delitos y hay que mantenerse en grupo es lo que cuentan sus hinchas. “Pero aunque el estadio quedará en el barrio más rico de la ciudad”, dice Daniel Peso, “nosotros somos de Boedo”.

Peso, un hombre alto de cara estrecha, se sienta en un café al lado del supermercado. San Lorenzo todavía posee un pequeño lugar de entrenamiento. Los chicos con su vestimenta de judo pasan por al lado de él. Peso venía al club desde los 4 años. Los doctores le habían diagnosticado asma, y debía hacer gimnasia. “Mi familia era pobre. Yo acá podía entrenar por poco dinero.”, cuenta él.

También Peso forma parte de la asociación de hinchas. “No queremos sólo nuestro estadio de vuelta”, dice “sino también los viejos ideales”. El fútbol en Argentina es un negocio gigante, los clubes son dirigidos por estructuras mafiosas y los funcionarios se dividen el poder y se unen con bandas criminales. San Lorenzo debe ser diferente.

Un punto de encuentro social

La subcomisión quiere que el club vuelva a ser un punto de encuentro social. Con el estadio volverían a funcionar los negocios, San Lorenzo debe dar becas a los jóvenes con talento. “Cada peso que se roba del club, es como un peso que un hombre le roba a la madre”, dice Daniel con el pensamiento del verdadero hincha.

Las chances de que el sueño se concrete, crece. En la última marcha, se encontraban también políticos de distintos partidos en el escenario pidiendo justicia. Los hinchas consiguieron sponsors; si el club recupera su tierra, el estado no debe pagar nada por el nuevo estadio, aseguran en la subcomisión.

Que San Lorenzo se encuentre en los últimos puestos de liga no muy lejos del descenso, no los tiene muy ocupados a Peso y Adolfo Res. Aseguran que existen cosas más importantes que un campeonato; la vuelta a Boedo, la tierra robada.

De Christoph Gurk
Artículo publicado en la página 8 del diario Berliner Zeitung (2º de más tira en Berlín, Alemania) del 20 de Abril de 2012

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